Lo primero debemos entender que hay
situaciones como un viaje en coche de 2 horas en las que los niños no obedecen,
pero estas situaciones son normales, así que no las vamos a tener en
cuenta.
Lo más importante es asumir que para un
niño: No hay razones para obedecer, sino que hay que enseñarle a
obedecer.
- Invitarle a obedecer
- Felicitándole por obedecer siempre,
tanto si es voluntario como si es obligado
- Buscando que le interese agradar a la
persona que le educa, que le guste obedecer
- tener predispuesta una actitud más
educadora que sancionadora
- Evitar que el niño se sienta culpable
por desobedecer
- Obligar a obedecer solo en lo
fundamental
- Cuidar como dar las órdenes, como hacer
peticiones y como establecer normas.
- Ser constantes, en privado y en
público. Actuar con rutinas en la vida cotidiana
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